Mallmanía
Son apoteósicos, grandes... ¡y baratos! Nadie se complica la vida en esta ciudad que está hecha para comprar. A los grandes malls como el Aventura o Sawgrass Mills, en las afueras de Miami Beach, hay que dedicarles por lo menos medio día.
Tenga en cuenta que -a diferencia de sus pares uruguayos-Ios domingos cierran al público y evítese el desagradable episodio de pagar un taxi hasta allí, para encontrar los estacionamientos vacíos.
Las casas de electrónica se concentran en la Flagler Street, en el Downtown, donde se hacen las compras a la vieja usanza, caminando bastante, descansando poco y comparando mucho.
Para una experiencia más "paqueta" se pueden acumular más shopping bags y relajarse con un café en el Bayside Marketplace; desde aquí se cruza en water taxis hasta Miami Beach.
Barí Harbour Shops es la meca para los devotos del arte degastar dinero: Ann Taylor, Saks, Brooks Bros y Neiman Marcus.,. ¿algo más? Finalmente, para los más cómodos, en la legendaria Collins Avenue, entre las calles 7 y 13 están las marcas más conocidas.
Para aquellos que buscan un ambiente más familiar se recomiendan playas como Barí Harbour o Surfside, al norte de South Beach.
CÓMO LLEGAR: Los vuelos diarios al Aeropuerto Internacional de Miami tienen un costo aproximado de US$850 (si compra el paquete con estadía los precios disminuyen). Desde el Aeropuerto se pueden tomar ómnibus públicos, shut-tles, taxis y hasta limousines. Lo más conveniente es llevar el auto alquilado desde Montevideo y pasar a buscarlo por la sucursal que las Tentadoras suelen tener en el aeropuerto.
ALOJAMIENTO: Los precios varían en función de la zona. Miami Beach conserva la mejor relación precio-beneficio: las habitaciones de hoteles como el Seville y el Holliday Inn no superan los US$100 y tienen la playa enfrente. En South Beach considérese afortunado sí consigue una noche por US$190; el Downtown es una opción si su prioridad son las compras.
COMIDA. Hay de todo. No se pierda el café que se sirve en los bolichitos de La Pequeña Habana ni los mariscos en South Beach. Para los nostálgicos: hay más de un parrillada.
MONEDA: Dólar americano.
IDIOMA: Inglés.
Son apoteósicos, grandes... ¡y baratos! Nadie se complica la vida en esta ciudad que está hecha para comprar. A los grandes malls como el Aventura o Sawgrass Mills, en las afueras de Miami Beach, hay que dedicarles por lo menos medio día.
Tenga en cuenta que -a diferencia de sus pares uruguayos-Ios domingos cierran al público y evítese el desagradable episodio de pagar un taxi hasta allí, para encontrar los estacionamientos vacíos.
Las casas de electrónica se concentran en la Flagler Street, en el Downtown, donde se hacen las compras a la vieja usanza, caminando bastante, descansando poco y comparando mucho.
Para una experiencia más "paqueta" se pueden acumular más shopping bags y relajarse con un café en el Bayside Marketplace; desde aquí se cruza en water taxis hasta Miami Beach.
Barí Harbour Shops es la meca para los devotos del arte degastar dinero: Ann Taylor, Saks, Brooks Bros y Neiman Marcus.,. ¿algo más? Finalmente, para los más cómodos, en la legendaria Collins Avenue, entre las calles 7 y 13 están las marcas más conocidas.
Para aquellos que buscan un ambiente más familiar se recomiendan playas como Barí Harbour o Surfside, al norte de South Beach.
CÓMO LLEGAR: Los vuelos diarios al Aeropuerto Internacional de Miami tienen un costo aproximado de US$850 (si compra el paquete con estadía los precios disminuyen). Desde el Aeropuerto se pueden tomar ómnibus públicos, shut-tles, taxis y hasta limousines. Lo más conveniente es llevar el auto alquilado desde Montevideo y pasar a buscarlo por la sucursal que las Tentadoras suelen tener en el aeropuerto.
ALOJAMIENTO: Los precios varían en función de la zona. Miami Beach conserva la mejor relación precio-beneficio: las habitaciones de hoteles como el Seville y el Holliday Inn no superan los US$100 y tienen la playa enfrente. En South Beach considérese afortunado sí consigue una noche por US$190; el Downtown es una opción si su prioridad son las compras.
COMIDA. Hay de todo. No se pierda el café que se sirve en los bolichitos de La Pequeña Habana ni los mariscos en South Beach. Para los nostálgicos: hay más de un parrillada.
MONEDA: Dólar americano.
IDIOMA: Inglés.