Viena
La mundialmente famosa Ópera de Viena y otras grandiosas salas de conciertos constituyen una escenografía ideal para la única ciudad que puede preciarse de tener música propia: los valses vieneses,
Viena fue la cuna del rey del vals: Johann Strauss. Pero Strauss fue un inspirado músico en una cadena de compositores como Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Mahler y Schonberg, quienes también trabajaron en ella. El vals se popularizó como baile entre la burguesía viene-sa de los suburbios y resultó, en un primer momento, escandaloso para la aristocracia debido a la cercanía de las parejas.
La mundialmente famosa Ópera de Viena y otras grandiosas salas de conciertos constituyen una escenografía ideal para la única ciudad que puede preciarse de tener música propia: los valses vieneses,
Viena fue la cuna del rey del vals: Johann Strauss. Pero Strauss fue un inspirado músico en una cadena de compositores como Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Mahler y Schonberg, quienes también trabajaron en ella. El vals se popularizó como baile entre la burguesía viene-sa de los suburbios y resultó, en un primer momento, escandaloso para la aristocracia debido a la cercanía de las parejas.
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