Olía como a gasolina. El sordo trepidar de un tren subterráneo se tragó por un momento el nervioso ritmo de sus pasos. Intentó silbar bajito pero apenas pudo oírse.
El ruido de voces, autos, sirenas y música de blues aumentó su volumen y comenzó a ponerle música al telón de fondo Art Déco.
Con intermitencias, las luces de los carteles luminosos le iban poniendo subtítulos a la noche.
En el Village, las escaleras de incendio iban apareciendo como en cámara lenta. El cartel de "Don't walk" comenzó a destellar.
Dentro de su bolsillo, su mano chocó con el frío metal de su encendedor. Prendió un cigarrillo y pensó que, sin duda, era como estar dentro de una película.
El ruido de voces, autos, sirenas y música de blues aumentó su volumen y comenzó a ponerle música al telón de fondo Art Déco.
Con intermitencias, las luces de los carteles luminosos le iban poniendo subtítulos a la noche.
En el Village, las escaleras de incendio iban apareciendo como en cámara lenta. El cartel de "Don't walk" comenzó a destellar.
Dentro de su bolsillo, su mano chocó con el frío metal de su encendedor. Prendió un cigarrillo y pensó que, sin duda, era como estar dentro de una película.
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