Legendaria tierra que abruma los sentidos de hombres y mujeres, sabe enamorar a cada paso a quienes se animan a intimar con sus misteriosas regiones. Exóticamente inolvidable, este paraíso terrenal se distingue del resto del mundo por su riqueza cultural, por el cariño que expresa su pueblo y por la inigualable belleza que se encuentra presente en todos sus paisajes. La puerta de entrada a este reino de fábulas es, generalmente, la ciudad sagrada de Bangkok.
Gran movimiento de personas, autos y todo tipo de indescriptibles vehículos, habitan esta ciudad de grandes cúpulas y monumentos dorados que nos reciben y se mezclan a nuestro paso con el alegre e indescifrable bullicio del idioma tailandés y de los variados dialectos chinos.
Las calles de Bangkok resultan ser una verdadera gloria para las sensaciones. Todos los días se vive una aventura distinta navegando en un mar de colores: las mejores sedas del mundo, exquisita joyería y las más finas artesanías en marfil, plata o bronce.
Gran movimiento de personas, autos y todo tipo de indescriptibles vehículos, habitan esta ciudad de grandes cúpulas y monumentos dorados que nos reciben y se mezclan a nuestro paso con el alegre e indescifrable bullicio del idioma tailandés y de los variados dialectos chinos.
Las calles de Bangkok resultan ser una verdadera gloria para las sensaciones. Todos los días se vive una aventura distinta navegando en un mar de colores: las mejores sedas del mundo, exquisita joyería y las más finas artesanías en marfil, plata o bronce.