De eso y mucho más se trata mi viaje de Arquitectura. Aquí me encuentro en japón, la ciudad del futuro o ¿quizá ya se pueda decir del presente? Parece que ahora van a comenzar a construir un edificio de 1000 metros.
¿Se pueden imaginar? Esto es emocionante. Los japoneses me sorprendieron muy gratamente, son bárbaros. De noche la ciudad se transforma y comienzan a aparecer los carteles luminosos.
Uno va en tren de acá para allá. La arquitectura antigua se mezcla con la nueva de una manera tan simple que uno no puede más que decir: "¡¡¡Ah!!!...., mira cómo era!".
Rascacielos, subtes, trenes, pantallas gigantes, Blade Run-ner tal cual. La ciudad de Tokio es infinita y diferente a cualquier otra que haya visto en mi vida. Tal vez mi percepción esté influenciada por tanto verde, mar y aire que vengo de ver en Hawai.
Para un surfista como yo, Hawai es lo mejor en todo sentido. Uno entra en esa agua verde sin traje y sin muchos trámites. Una velzycano (ola de locales) te puede subir a varios metros de altura sin preguntarte. En un día cualquiera podes estar surfeando al lado de Derek Ho (campeón mundial).
El último atardecer en Hawai, lo miré desde el ventanal de la casa de mi amigo Sergio, que es uruguayo y, ¡oh! coincidencia, presidente de la liga de soccer hawaiana.
¿Se pueden imaginar? Esto es emocionante. Los japoneses me sorprendieron muy gratamente, son bárbaros. De noche la ciudad se transforma y comienzan a aparecer los carteles luminosos.
Uno va en tren de acá para allá. La arquitectura antigua se mezcla con la nueva de una manera tan simple que uno no puede más que decir: "¡¡¡Ah!!!...., mira cómo era!".
Rascacielos, subtes, trenes, pantallas gigantes, Blade Run-ner tal cual. La ciudad de Tokio es infinita y diferente a cualquier otra que haya visto en mi vida. Tal vez mi percepción esté influenciada por tanto verde, mar y aire que vengo de ver en Hawai.
Para un surfista como yo, Hawai es lo mejor en todo sentido. Uno entra en esa agua verde sin traje y sin muchos trámites. Una velzycano (ola de locales) te puede subir a varios metros de altura sin preguntarte. En un día cualquiera podes estar surfeando al lado de Derek Ho (campeón mundial).
El último atardecer en Hawai, lo miré desde el ventanal de la casa de mi amigo Sergio, que es uruguayo y, ¡oh! coincidencia, presidente de la liga de soccer hawaiana.
