Viajar a Amsterdam

Amsterdam
El distrito de las luces rojas. Este distrito en realidad es una parte hermosa de la ciudad, y uno puede hacer de cuenta que está visitando los alrededores por su arquitectura, si es que necesita una excusa. Desde el siglo XIV más de un marinero se fundió en las "casas de perdición" y en las destilerías famosas. Estas ya no existen, pero las prostitutas se muestran en las ventanas bajo luces rojas de neón, frente a los teatros se incita a los paseantes a entrar y las tiendas porno no dejan nada librado a la imaginación. Entre la multitud de visitantes se encuentran aspirantes a proxenetas, borrachos, homosexuales, travestis, traficantes de drogas y soldados del Ejército de Salvación.

Es ilegal ejercer la prostitución en la calle, de modo que no se presume que las mujeres visitantes estén "trabajando", pero es bueno usar el sentido común y no sacar fotos a las prostitutas ni conversar con los traficantes de drogas.

Amsterdam

Amsterdam
La ciudad de Amsterdam tiene una ordenación sencilla, con sus canales concéntricos y calles entrelazadas, aunque puede resultar complicada al principio. La manera más fácil de orientarse es recordando que, empezando por el Singel, los canales principales siguen un orden alfabético: Herengracht, Keizersgracht, Prinsengracht y Singelgracht. La numeración de las casas empieza en Centraal Station y termina en el Amstel con los números más altos.

Para su pequeño tamaño, Amsterdam posee un sorprendente número de museos y galerías. La calidad y variedad de las colecciones es impresionante y muchas se albergan en edificios de interés histórico o arquitectónico.

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El transporte público es muy bueno. Tanto los tranvías como los autobuses y las lineas de metro convergen en la Centraal Station. El mapa del transporte público se puede obtener en forma gratuita en la estación. El precio del boleto se cobra por zonas y el mismo boleto es válido en el autobús, en el tranvía y en el metro. Los boletos se pueden comprar ya sea en puestos de venta en toda la ciudad o en el transporte mismo. Es conveniente tomar el tranvía para viajar por el Centro, los autobuses para ir por los alrededores y el metro para llegar a la estación internacional de autobuses. Amsterdam tiene 550000 bicicletas y decididamente es el medio de transporte ideal en la ciudad. Hay que hacerse a la idea de que le roben la bicicleta; si usted piensa permanecer más de un mes, conviene comprar una bicicleta de segunda mano y un candado bien fuerte.

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El aeropuerto está a 18 km al sudoeste de la ciudad. Un taxi demora entre 20 y 45 minutos. Los trenes de la Centraal Station parten cada 15 minutos. El tren también conecta el aeropuerto con distintas estaciones dentro del país. Hay autobuses que realizan el trayecto entre los hoteles y el aeropuerto en forma gratuita.

Casi todos los hoteles turísticos se concentran en tres zonas: centro .histórico, a lo largo del Grachtengordel (Anillo de los canales) y barrio de los Museos. Como el centro de Amsterdam es compacto, independientemente de dónde se aloje, siempre estará a poca distancia de los mayores atractivos de la ciudad.

Casi todos los holandeses también hablan inglés, pero siempre agradecerán ciertos detalles, como decir Dag (buen día) antes de preguntar si hablan inglés.

La comida es sencilla pero imaginativa, hay que deleitarse con sus ahumados y la gran variedad de carnes y pescados, con la cerveza y los quesos. Abundan los restaurantes de cocina indonesia.

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Antes de ser habitable, Amsterdam Norte era una zona de bañados de contorno oscilante, donde se enviaba a los criminales que luego eran devorados por cuervos y perros salvajes. Y a pesar de comienzos tan poco auspiciosos, una pujante clase trabajadora holandesa comenzó a afincarse allí. Hoy día es un lugar interesante para aquellos que deseen conocer la vida holandesa tradicional, lejos de la muchedumbre del Centro y de la Ciudad Vieja. Hay enormes mercados públicos los miércoles, viernes y sábados, donde rara vez se ve turistas. El transporte gratuito de pasajeros cruza por detrás de la Centraal Station hacia el Noordhollands Kanaal

Tulipanes Holanda

En 1554 el emperador Fernando I de Austria, en lucha contra el imperio turco, envía una misión de paz a Constantinopla. El hábil diplomático Ogier Ghisein queda impresionado por la belleza y el colorido de narcisos, jacintos y otras flores desconocidas en Europa. Por un malentendido con su intérprete otomano, quien las comparó con delicados turbantes thoulipen en turco), las denomina tulipam y regresa a Viena con algunos bulbos de tan exóticas plantas. Allí las deposita en manos del superintendente de los jardines imperiales quien las utiliza como elemento culinario. Poco más tarde son exportadas a los relucientes y ricos jardines de la aristocracia holandesa, que les da un uso ornamental hasta que, en 1630, se funda la casa de Van Bourse: ya no se intercambian los bulbos, sino que se venden en "actos de compra", con lo que se crea la primera Bolsa de Tulipanes del mundo. Siete años después un decreto real pone punto final a la especulación, dando comienzo a la floreciente industria holandesa de las flores, famosa por su altísima calidad. Desde hace unos setenta años el producto se comercializa mediante la subasta, lo que beneficia al floricultor y al comprador. Las diez grandes subastas se concentran en la zona occidental del país y las ventas se realizan al amanecer, para que los delicados lotes viajen frescos y llenos de rocío, hacia otras tierras.