Los Tatuajes eran necesarios en la cultura maorí, de esta forma los difuntos se garantizaban encontrarse con el mundo de los antepasados y poder ingresar en él. Era sumamente necesario en las culturas de la Polinesa el convertirse, despupes de muerto de un espíritu, para acceder a la vida eterna, y un elemento imprescindible en esa búsqueda eran los tatuajes. Cuando uno fallece, según su cultura, el espíritu se debe presentar con una bruja, que es quien se alimenta de esos tatuajes que lleva en la piel, luego de ello les dice que pueden ir de la tierra de los vivos hacia la tierra de los muertos. Por esta razón es que la sociedad que se tatúa se siente fortalecida. Claro que si la bruja no ve las imágenes tatuadas en la piel del muerto se comerá sus párpados hasta dejarlo ciego, evitando que encuentre la eternidad y es signo de mal augurio.
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