Muchos viajeros van a Ciudad del Cabo para ver el Kirs-tenbosch, uno de los grandes jardines botánicos del mundo: algunos, para ver el paisaje espectacular; muchos, para saborear el banquete entre viñedos, huertas, granjas del trigo y aldeas de pesca; otros, para tomar el sol en las playas entre la costa Atlántica e Indica; algunos, para atestiguar la transición de África del sur del apartheid a la democracia; y la mayoría por todas estas razones.
Pero en definitiva, son miles los turistas que llegan cada año a Sudáfrica y la mayoría realiza una parada en Ciudad del Cabo, la punta sur del subcontinente africano, privilegiado por sus cielos azules y un clima cálido, rodeado por océanos y montañas, y donde se encuentra museos, galerías de arte, restaurantes, comercios, teatros y vida nocturna.
Es en Ciudad del Cabo donde empieza nuestro recorrido, siguiendo por sus alrededores -pasando por Agulhas- el final del continente y la punta más sur de África; para luego continuar con la Ruta del Vino, la Ruta de la Montaña, visitar las Cuevas Cango (cerca de Oudtshoorn), pasear por las carreteras más pintorescas del país y la Ruta Jardín, finalizando en el Parque Nacional Kruger. Y siempre queda algo para ver. África siempre nos aporta algo nuevo...
Ciudad del Cabo es actualmente un lugar de inmensos contrastes, impetuosa y, al mismo tiempo, muy cultural. Azotada por fuertes vientos y regada por lluvias torrenciales, y con un borde incomparable de playas, Ciudad del Cabo es la perfección y la imperfección en igual medida. Corrió todas las ciudades sudafricanas, es ambivalente -europea pero no europea, africana pero no africana- una mezcla de terceros y primeros mundos. Pero es una de las ciudades más hermosas del planeta.
Pero en definitiva, son miles los turistas que llegan cada año a Sudáfrica y la mayoría realiza una parada en Ciudad del Cabo, la punta sur del subcontinente africano, privilegiado por sus cielos azules y un clima cálido, rodeado por océanos y montañas, y donde se encuentra museos, galerías de arte, restaurantes, comercios, teatros y vida nocturna.
Es en Ciudad del Cabo donde empieza nuestro recorrido, siguiendo por sus alrededores -pasando por Agulhas- el final del continente y la punta más sur de África; para luego continuar con la Ruta del Vino, la Ruta de la Montaña, visitar las Cuevas Cango (cerca de Oudtshoorn), pasear por las carreteras más pintorescas del país y la Ruta Jardín, finalizando en el Parque Nacional Kruger. Y siempre queda algo para ver. África siempre nos aporta algo nuevo...
Ciudad del Cabo es actualmente un lugar de inmensos contrastes, impetuosa y, al mismo tiempo, muy cultural. Azotada por fuertes vientos y regada por lluvias torrenciales, y con un borde incomparable de playas, Ciudad del Cabo es la perfección y la imperfección en igual medida. Corrió todas las ciudades sudafricanas, es ambivalente -europea pero no europea, africana pero no africana- una mezcla de terceros y primeros mundos. Pero es una de las ciudades más hermosas del planeta.