Como dicen sus pobladores, en Isla Margarita hasta la sal es dulce. Carreteras sinuosas bordean inmensos morros vestidos de un verde estridente que mojan sus pies en el mar; esquinas y playas decoradas por flor de reina, girasoles, palmeras, y el arrorró de olas incesantes que barren una interminable estela de arena. La isla que enamoró a Colón ofrece vacaciones buenas, bonitas y, además, baratas.
A tan solo una hora de vuelo desde Caracas, esta tierra se vislumbra entre acolchonadas nubes blancas. El sol la acompaña de a ratos y cuando brilla, es como si se la observara a través de un caleidoscopio, con el desierto de Macanao al este y los cerros de vegetación generosa al oeste; entre ambos se halla el istmo de La Restinga, poblado de manglares, que une las dos partes. Cualquiera de sus playas es excusa suficiente para subirse al avión y visitar la isla. Sin embargo, hay mucho más para quien se anime a descubrirla.
Una vez en tierra, buscamos ansiosamente las "flores de los enamorados"; pero los margariteños no fueron los precursores del deshoje de las margaritas y, en realidad, la flor nacional es la orquídea. Originalmente el territorio estaba habitado por indios guaiquiríes y su nombre antiguo -Paraguachoa- significa "lugar de pesca abundante".
Sin embargo, como en otros puntos de América, la colonización española trajo grandes cambios, la pobló de fortalezas y mudó su nombre a Margarita.
A tan solo una hora de vuelo desde Caracas, esta tierra se vislumbra entre acolchonadas nubes blancas. El sol la acompaña de a ratos y cuando brilla, es como si se la observara a través de un caleidoscopio, con el desierto de Macanao al este y los cerros de vegetación generosa al oeste; entre ambos se halla el istmo de La Restinga, poblado de manglares, que une las dos partes. Cualquiera de sus playas es excusa suficiente para subirse al avión y visitar la isla. Sin embargo, hay mucho más para quien se anime a descubrirla.
Una vez en tierra, buscamos ansiosamente las "flores de los enamorados"; pero los margariteños no fueron los precursores del deshoje de las margaritas y, en realidad, la flor nacional es la orquídea. Originalmente el territorio estaba habitado por indios guaiquiríes y su nombre antiguo -Paraguachoa- significa "lugar de pesca abundante".
Sin embargo, como en otros puntos de América, la colonización española trajo grandes cambios, la pobló de fortalezas y mudó su nombre a Margarita.