MONARQUÍA GASTRONÓMICA
Un viejo amigo -con alma de valija- suele afirmar que los ingleses estaban tan ocupados en la ceremonia del five o'dock tea que se olvidaron de comer como la gente.
El punto es discutible, aunque para cualquier mortal resulte paradójico pagar sumas incoherentes por experimentar la tradicional cocina británica, cuando pueden comer como reyes en de té por US$5.
Los pubs y cafés son la parada habitual de los residentes a la hora del almuerzo y no está de más seguir el ejemplo. A cualquier hora, los fish and chips (papas y miniaturas de pescado) y la pizza en los puestos de Camden Town o Leicester Square -US$2 la porción- sacan del apuro.
Siempre por las alturas del Bankside, el último nivel de la nueva Tate Gallery es una postal. Otro paseo "de arriba" es la Sommerset House con su fuente computarizada y el Covent Garden Piazza, una especie de shopping abierto, con mercado de ropa y chucherías, cuadras de pubs y artistas callejeros, uno al lado del otro.
Un viejo amigo -con alma de valija- suele afirmar que los ingleses estaban tan ocupados en la ceremonia del five o'dock tea que se olvidaron de comer como la gente.
El punto es discutible, aunque para cualquier mortal resulte paradójico pagar sumas incoherentes por experimentar la tradicional cocina británica, cuando pueden comer como reyes en de té por US$5.
Los pubs y cafés son la parada habitual de los residentes a la hora del almuerzo y no está de más seguir el ejemplo. A cualquier hora, los fish and chips (papas y miniaturas de pescado) y la pizza en los puestos de Camden Town o Leicester Square -US$2 la porción- sacan del apuro.
Siempre por las alturas del Bankside, el último nivel de la nueva Tate Gallery es una postal. Otro paseo "de arriba" es la Sommerset House con su fuente computarizada y el Covent Garden Piazza, una especie de shopping abierto, con mercado de ropa y chucherías, cuadras de pubs y artistas callejeros, uno al lado del otro.
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