De cara al mar
Al salir volvemos a sumergirnos en el lado más seductor de Trani: en sus intrincadas callecitas que parecen todas morir en el mar, o en sus restaurantes escondidos donde nunca falta la sonrisa amable y el despliegue culinario que deleita y, a veces, agota.
A pocos pasos del recinto religioso, un edificio antiguo alberga el London Tea Room, bastión de la inamovible tradición inglesa del five o'clock tea-, coronando cada una de las puertaventanas se encuentran grabados nombres de grandes capitales europeas como Amsterdam y Londres, ofcourse.
Desde allí, bordeando la antigua muralla de defensa de la ciudad, se llega a un puerto que goza de la reputación de ser el más limpio de la zona. Los orgullosos pescadores se ufanan de que -no importa la hora en que se visite- nunca huele a pescado y toman esta "bendición inodora" como garantía de buena pesca. La costanera está repleta de pequeños barcitos con mesas a la calle y restaurantes típicos y exóticos.
El Castello, el Palazzo Calceia o la Iglesia di Ogni Santi aun reflejan el esplendor medieval original de esta ciudad.
La vocación marítima de Trani se vive a cada paso: desde los interminables almuerzos a la vera del mar hasta sus ricas y añejas tradiciones pesqueras.
Al salir volvemos a sumergirnos en el lado más seductor de Trani: en sus intrincadas callecitas que parecen todas morir en el mar, o en sus restaurantes escondidos donde nunca falta la sonrisa amable y el despliegue culinario que deleita y, a veces, agota.
A pocos pasos del recinto religioso, un edificio antiguo alberga el London Tea Room, bastión de la inamovible tradición inglesa del five o'clock tea-, coronando cada una de las puertaventanas se encuentran grabados nombres de grandes capitales europeas como Amsterdam y Londres, ofcourse.
Desde allí, bordeando la antigua muralla de defensa de la ciudad, se llega a un puerto que goza de la reputación de ser el más limpio de la zona. Los orgullosos pescadores se ufanan de que -no importa la hora en que se visite- nunca huele a pescado y toman esta "bendición inodora" como garantía de buena pesca. La costanera está repleta de pequeños barcitos con mesas a la calle y restaurantes típicos y exóticos.
El Castello, el Palazzo Calceia o la Iglesia di Ogni Santi aun reflejan el esplendor medieval original de esta ciudad.
La vocación marítima de Trani se vive a cada paso: desde los interminables almuerzos a la vera del mar hasta sus ricas y añejas tradiciones pesqueras.