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Guía turística en Kenia

Viajar por Kenia requiere de todas las cosas que uno normalmente lleva cuando parte de viaje . Sin embargo, hay consejos que siempre viene...

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lunes, 18 de julio de 2011

En Talampaya e Ischigualasto


En Talampaya e Ischigualasto, los veranos son muy calurosos y los inviernos, breves y rigurosos. Por eso se sugiere viajar en otoño y primavera. Si de todos modos llega en verano, se recomienda evitar las visitas a los parques en horas de la siesta, en gran parte por el calor... y por Mikilo también, según dicen los lugareños.

El desierto polvoriento, la quietud del paisaje y una gran cuota de imaginación alimentaron la inventiva popular y dieron lugar a muchas fábulas y cuentos que guardan una fuerte relación con el ámbito. Mikilo, entonces, es un duende petiso, de ojos saltones y sombrero de ala ancha que asusta a los campesinos a la hora de la siesta.

Talampaya y el Valle de la Luna son un fuerte foco de atracción para los visitantes. Sin embargo aún queda más por conocer. El Señor de la Peña, enclavado en la roca riojana -en la que se reconoce la cara de Cristo- se ha convertido en centro de las peregrinaciones de Semana Santa. O los viñedos san juanillos, conocidos por su uva de alta graduación de azúcar, que hace que su producción más apreciada sea la de jerez, mistela, oporto y cognac.

Hacia el sur de San Juan y a 60km de la ciudad capital, el santuario de la Difunta Correa convoca a multitudes que le piden por salud, trabajo y amor: cuentan que Deolinda Correa recorría desesperadamente el desierto en busca de su marido, con su niño a cuestas. Cuando las fuerzas la abandonaron murió. Ya sin vida, sin embargo, continuó amamantando a su hijo por unos días más.

Pese al clima riguroso, las sacudidas de los sismos (en 1944 un terremoto destruyó la ciudad de San Juan) y la aridez del terreno, San Juan y La Rioja fascinan. Quizá sea por su riqueza geológica. Tal vez por permitirnos un viaje al pasado. O quizá, simplemente, por su paisaje arrobador.