Conteniendo apenas la emoción, partimos hacia el sur para concretar nuestro primer encuentro con el pasado: la legendaria Tulum.
Nos recorre un escalofrío cuando divisamos en lo alto de un gran barranco, las ruinas de lo que alguna vez fue una monumental ciudad.
Antes de la llegada del hombre blanco, Tulum fue templo y observatorio astral. Con sus ritos de protección y ciencia cobró merecida fama de metrópolis guerrera.
Según cuenta la leyenda, hace mucho tiempo bajó del cielo una cruz milagrosa, que alentaba a los indígenas mayas a seguir en su lucha de exterminio contra los invasores.
Estos mensajes bélicos eran interpretados por una sacerdotisa llamada María Ulcab, quien condenaba a muerte a los atrevidos extraños que osaban pisar el suelo sagrado
A la hora de mover el esqueleto, lo más in de la noche cancunense es Congo Bongo, que arrasa con todo y con todos hasta altas horas de la madrugada. Americanos, europeos y orientales, enloquecen sin ritmo con la salsa y el merengue. Con todo respeto... son motivo de una desopilante diversión.
Nos recorre un escalofrío cuando divisamos en lo alto de un gran barranco, las ruinas de lo que alguna vez fue una monumental ciudad.
Antes de la llegada del hombre blanco, Tulum fue templo y observatorio astral. Con sus ritos de protección y ciencia cobró merecida fama de metrópolis guerrera.
Según cuenta la leyenda, hace mucho tiempo bajó del cielo una cruz milagrosa, que alentaba a los indígenas mayas a seguir en su lucha de exterminio contra los invasores.
Estos mensajes bélicos eran interpretados por una sacerdotisa llamada María Ulcab, quien condenaba a muerte a los atrevidos extraños que osaban pisar el suelo sagrado
A la hora de mover el esqueleto, lo más in de la noche cancunense es Congo Bongo, que arrasa con todo y con todos hasta altas horas de la madrugada. Americanos, europeos y orientales, enloquecen sin ritmo con la salsa y el merengue. Con todo respeto... son motivo de una desopilante diversión.
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