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Guía turística en Kenia

Viajar por Kenia requiere de todas las cosas que uno normalmente lleva cuando parte de viaje . Sin embargo, hay consejos que siempre viene...

viernes, 6 de mayo de 2011

La Angostura


Pesca en Villa La Angostura

Entre lagos y cerros, Villa La Angostura se presenta a I500m sobre el nivel del mar, dibujando una de esas panorámicas que deja a cualquiera con la boca abierta y que solo se puede ver desde el Cerro Bayo. En verano, la pista de esquí es ideal para bajarla en mountain bike y subirla (imposible en bici...) en ae-rosilla.

A pocos kilómetros de allí, pendiente abajo, el juego de agua del río Bonito salta y se hace cascada, invitando a vivir el vértigo del rappel. Otro de los cerros es el Belvedere, que traza un caminito en medio de su bosque, en donde se puede encontrar el morado fruto del calafate.

Un paseo de 24km para no perderse es el que lleva a la península de Quetrihué donde, tal como indica su nombre en mapuche, hay arrayanes. El arrayán (Myrceugemlla apiculata), testigo esencial de estas latitudes, es fácilmente identificable por su corteza de color rojo, que se desprende en láminas.

En Angostura la pesca es un arte que solo entienden los que respetan la naturaleza. A nadie se le ocurre llevarse más de una trucha por día o pescar furtivamente fuera de la temporada (que empieza la segunda semana de noviembre y termina el tercer domingo de abril).

La total limpidez y pureza del agua es garantía suficiente para contar con salmónidos en cantidad y calidad. En el centro de Villa La Angostura, solo unos pocos locales sirven comida típicamente sureña o paradójicamente nórdica (claro, europea). Si muere por las artesanías o los muebles autóctonos, no deje de curiosear en el encantador local que María Paz y Ernesto Alvear tienen en medio del bosque. Tampoco deje pasar el taller de telar de Susana Di Lorenzo y, de paso, no se pierda los objetos de plata que hace su marido, Pedro, inspirado en el arte mapuche.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Chicago


En el centro oeste del país, entre los Grandes Lagos y a 2 lloras de Canadá, los devotos de la arquitectura podrán 1 perderse en sus calles y "vivir" desde Frank Lloyd Wright a Miles van der Rohe. Cada arquitecto importante ha dejado su huella.

Una ciudad para los amantes del arte y la diversidad cultural. Eso es Chicago, con sus festivales étnicos, su renombrado Instituto de Arte y la mundialmente reconocida Orquesta Sinfónica.

La palabra jazz fue pronunciada por primera vez en la ciudad de los vientos. Chicago es multicultural, moderna y emprendedora; ordenada aunque sin formalidades; limpia y segura, adepta al arte en todas sus formas y los espectáculos públicos. St.

Patrick's Day es uno de los festivales anuales más trascendentes y no se sorprenda si escucha al pasar a los ucranianos.

Se la conoce mejor si uno va a pie, por eso es aconsejable participar del walking tour arquitectónico que se realiza en el Loop. A los ojos de quienes llegan por primera vez, es un interminable mar de sitios dignos de visitar.

Si su viaje transcurre entre setiembre y octubre, no podrá perderse el Chicago Jazz Festival y el Chicago Marathón. En lo que refiere a jazz, los mejores sitios son: Andy's Lounge, B.L.U.E.S., Bop Shop, Creen Mili... La lista es interminable.

La Milla Magnífica es una perdición: North Michigan Avenue tiene lo último en moda internacional y todo tipo de accesorios: Sacks Fifth Avenue Chicago Place, Mark Shale y Tiffany & Co.

El abanico de ofertas de comida étnica es variadísimo. Los chicagoans tienen numerosos y muy diversos motivos de orgullo en lo que se refiere a la gastronomía.

lunes, 2 de mayo de 2011

Praga y Budapest


Durante buena parte del pasado siglo, la división de Europa en dos bloques políticos escondió a los viajeros algunas de las ciudades más bonitas del mundo: Praga, en la República Checa, y Budapest, en Hungría.

Nada ha cambiado en la capital de Bohemia y de la República Checa. Su mágico rostro nos sigue fascinando y conmoviendo con su turbadora belleza.

A uno y otro lado del puente Carlos, todo un mundo por descubrir que impresiona sobre todo por su arquitectura impecablemente preservada. Entre sus puntos claves, se destacan el Castillo de Praga, donde se encuentran la catedral de San Vito y el Viejo Palacio Real. El Puente Carlos IV, sobre el río Moldava, está considerado como uno de los más bellos del mundo.

La Plaza de la Ciudad Vieja, corazón del barrio de Staré Mesto, circunvalado por imponentes edificios, impresiona por la iglesia del Tyn y el Ayuntamiento Viejo, con un célebre Reloj Astronómico. Repleta de bares, tiendas y teatros, la Ciudad Vieja tiene su movida especial.

Budapest también se encuentra dividida por un río (el Danubio), tiene un castillo imponente (el de Buda) y exige de los visitantes un cierto malabarismo para comunicarse con los moradores, que casi no hablan inglés.

Ambas ciudades se destacan por la intensa programación de conciertos y por sus bebidas nacionales: la cerveza de Praga y el vino en Budapest. Imperdibles son las calles del barrio de Buda donde se encuentra el antiguo castillo; la iglesia de San Matías; el Parlamento y la Plaza de los Héroes (del otro lado del Danubio) y los museos de Bellas Artes y de Arte Contemporáneo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Un Santo Viajero


EL SANTO VIAJERO Desde la plaza frente al Municipio, en el corazón del centro cívico, una hermosa sirena, bañada por las aguas en el centro de una fontana, alza en sus manos el escudo de la ciudad y su mirada se pierde en las alturas del Monte San Biaggio, coronado por el Cristo Redentor.

La estatua alusiva (la segunda en tamaño en el mundo, luego del Cristo de Río de Janeiro) fue un regalo del Conde de Piemonte, benefactor de la ciudad y -curiosamente- ateo.

Desde sus 22m de altura y los 19m que hay entre sus manos, los ojos de Jesucristo miran fijamente al visitante en su camino hasta la base. Además de la magnificencia de la obra, las hermosísimas vistas de la costa y los valles, la cima del monte cuenta con una de las atracciones religiosas más importantes de la zona: la Basílica San Biaggio, que guarda el tórax del santo desde el año 732.

La devoción del pueblo a su patrono data del siglo XVII. En esa oportunidad, debieron alzarse en armas frente a una brigada de 160 bandidos que habían sitiado la ciudad. El triunfo popular fue atribuido al santo protector y, desde entonces, todos los años en la segunda semana de mayo, se realiza el festival en su honor, en el cual el Alcalde de la ciudad entrega un cirio en señal de agradecimiento.

Decenas de fieles transitan por aquí durante horas tomando fotos, orando en la capilla o comprando compulsivamente toda clase de souvenirs que luego buscarán bendecir restregándolos contra la impenetrable caja de cristal que proteje las reliquias sacras.

sábado, 30 de abril de 2011

Grandes atracciones de Londres


La National Gallery en Trafalgar Square, Kensington Gardens y el Museo Británico son tan solo algunos de los paseos más tradicionales, y no le costarán una libra. El acceso al octavo piso de las Oxo Tower en el South Bank cualquier restaurante de comida étnica, a un precio bastante más democrático. ¿Amargos resabios de la colonia? Who knows...

En la base de la escala gastronómica de valores están Italia, España, Turquía, México e India; en el otro extremo, los restaurantes franceses, japoneses, tailandeses y últimamente, el resurgimiento de los chinos de la Gerrard Street.

Pero una vez más, la cuestión es dónde: algunas propuestas francesas de Notting Hill no son tan caras; Gerrard Street tiene pocas pero simpáticas excepciones y si quiere saber cómo sabe un pollo al curry con cereza, considere que muchos restaurantes Thai tienen servicio de delivery sin cargo.

Ningún día comienza bien en Londres sin un "completo" de la mañana: huevos revueltos, tocino, champiñones, garbanzos, 'tostadas, manteca, mermelada y la infaltable mega-taza son difíciles de encontrar.

Por otra parte, los residentes suelen mostrarse indiferentes a los atractivos como el Palacio de Buckingham o la Torre de Londres, que congregan a millones de viajeros. Carreras de perros, cine, pesca en los canales, teatro, maratones y carnavales... todo es posible.

Aquí no es difícil estar enterado de lo que pasa: la revista Timeout es la biblia del happening londinense; sale cada semana y los kioscos se empapelan con la portada.

Para tener una versión acotada de la programación teatral, la London Theatre Guide es una publicación gratuita que se consigue en teatros, hoteles y burós turísticos.

jueves, 28 de abril de 2011

Cuevas costeras en San Pietro y Marina


Puede recorrerse cómodamente en un par de horas y sus calles resumen gran parte del acervo histórico y cultural de la región en un clima dominado por la distensión.

Su estratégica ubicación -en un recodo del Monte San Biagio- lo hace invisible desde el mar, sumiéndolo en las sombras durante gran parte del año.

El impulso natural es perderse en este laberinto de construcciones de piedra congregadas alrededor de la iglesia madre, para encontrarse con una serie de tesoros que identifican la idiosincrasia de il paese. Las estrechísimas callecitas del bor-go atraviesan antiguos portales, interminables escaleras, primitivas arcadas de piedra e innumerables edificios religiosos desde el Capocasale hasta la Piazza Buraglia, colmada de mesitas y sillas que invitan a disfrutar de las delicias locales de Le Due Rose o un helado de la Gelateria.

La artesanía se luce por doquier en canastos y piezas de cerámica; en varias fachadas se aprecian números pintados de diferentes colores y tamaños, legado de una muestra internacional de pintura que se realiza anualmente y convierte estas calles en una galería a cielo abierto donde las obras quedan en exhibición día y noche hasta la subasta final.

Dominando la escena, un antiguo monasterio del siglo XVIII captura las miradas; el Convento -que supo dar albergue a las monjas de 8 la orden Visitandine- inició su decadencia a partir del dominio francés y permaneció en desuso durante años.

Posteriormente fue remodelado para acoger a los primeros visitantes VIP de Maratea y hoy se ha convertido en "La Locanda Delle Dónne Monache", un exclusivo hotel que fusiona el estilo original con el retro avant garde en íntimos espacios de piedra de más de una centuria, camas con baldaquines y hasta tinas de baño cavadas en el lecho rocoso original de la Locanda.

martes, 26 de abril de 2011

Great Court del Museo Británico


El Great Court del Museo Británico, una noria gigante y el Domo del Milenio, que se transformó en el Drama del Milenio cuando tantos ingleses cuestionaron llorando el destino de sus sagrados impuestos y sus billetes de lotería.

Pasaron las fiestas, el Domo cerró, el Puente del Milenio aún es intransitable y por donde se la mire, la noria del BA Lon-don Eye "no pega ni con cola" con la silueta de las Casas del Parlamento y el emblemático Big Ben. Pregunte cuanto quiera: no habrá un londoner que no haga un comentario teñido de ese sarcasmo tan británico.

Lo cierto es que los resabios monárquicos y otros atractivos tradicionales siguen probando tener más consistencia, aun cuando algunos -como el cambio de guardia del Palacio de Buckingham-hayan adquirido un arquetípico tinte turístico.

Hay herencias felices: si este es su segundo viaje, probablemente no reconozca el South Bank, con el reconstruido teatro Globe y la nueva Tate Gallery. En el ocaso del verano los tours están de oferta, el sol todavía brilla y para los que prefieren el circuito tradicional, las colas en el museo de cera de ladame Tussaud o en la Torre de Londres no les aguarán la fiesta. Sorpresa ante los precios, lo cual es un buen motivo para no sentir culpa como turista.

Sin embargo, Londres está repleta de pequeños placeres gratuitos como el Speaker's Córner en Hyde Park, un espacio abierto al público que quiera expresar sus opiniones los domigos de mañana; el espectáculo no tiene precio. Aun en una de las ciudades más caras del mundo, disfrutar sin sentirse víctima y poner a dieta la billetera no es un imposible: solo hay que tener claro dónde quedarse, dónde comer, qué ver y -preferiblemente- saberlo de antemano.

domingo, 24 de abril de 2011

Turismo en Maratea


MARATEA

Pasando por el Canal Mezzanotte hasta fundirse a lo lejos con las colinas de Calabria. Sus orígenes imprecisos la sitúan en la época griega, y su historia oscila entre momentos de tranquilidad con los monjes de origen greco-bizantino y períodos de sucesivas invasiones lombardas, normandas, angevinas, aragonesas y francesas, entre otras; luego vendrían los oscuros años del brigantismo y los favoritismos del Reino de Ñapóles.

De estos tiempos, la ciudad y su entorno guardan vestigios arqueológicos de los griegos, los restos del Castillo de Castrocucco -hoy habitado por los descendientes de un noble local- y ocho torres de vigilancia que aún pueden verse en estratégicos promontorios costeros. Una larga carretera que se abre camino entre el mar y la montaña surca las tres colinas, bordeando el centro histórico hasta la sofisticada marina donde año a año, durante la estáte italiana, varias estrellas de la farándula local -como la cantante Gianna Naninni o el presentador de televisión Fabrizzio Frizzi- fondean sus yates.

La hotelería está a la altura de sus visitantes. En parte debido a la geografía y otro tanto con la intención de conservar el encanto, abundan los tinque terre, hoteles construidos en la roca en distintos niveles, con distinguidas terrazas desplegadas en etapas, no muy recomendables para quienes no se encuentren en un aceptable estado atlético.

El desayuno en el Hotel Villa Del Mare, en Ac-quafredda, parece una escena de un filme holly-woodense de los '50: con Frank Sinatra de fondo, el sol atravesando las blanquísimas sombrillas y, a nuestros pies, la playa privada en la base del acantilado, el buffet tiene otro sabor.

Ya sea en auto, a bordo de un scooter bordeando los riscos, descendiendo las interminables escaleras hacia pequeñitas playas y caletas o en una goleta navegando las tranquilas aguas de la costa, Maratea está hecha para descubrirse y el punto idóneo para comenzar es el casco antiguo.

Pequeño y encantador, el centro histórico no plantea mayores desafíos para quienes -en los últimos días- hemos vivido un raid por iglesias barrocas, ruinas greco-romanas y castillos normando-suevos de la Puglia y la Basilicata.

viernes, 22 de abril de 2011

Fotos del Crepúsculo


La luz de las primeras y últimas horas del día aporta a las imágenes de paisajes una calidez que potencia su relieve y su calidad plástica. Esas mismas tomas, realizadas al mediodía, parecerían mucho más duraaxplanas, por efecto de la fuerza del sol en su cénit.

Las películas de baja sensibilidad son las más aconsejables para estos casos, pues ofrecen mayor definición y permiten apreciar hasta los ínfimos detalles. Ahora bien, debido a su mayor lentitud, el trípode y el cable disparador resultan imprescindibles. Con ellos podremos utilizar un diafragma más cerrado (lió 16) y asegurar la nitidez tanto en planos cercanos como lejanos; además, así evitaremos que las instantáneas salgan movidas.

La fotografía de paisajes con luces extremas exige planificación. Hay que prever algo tan obvio como el punto por el que va a salir o ponerse el sol y su incidencia sobre los motivos que deseamos encuadrar. Aún más: conviene anticiparse a los efímeros momentos crepusculares, incluso con horas de antelación; esta estrategia, aunque parezca exagerada, permite ensayar las mejores composiciones, la profundidad de campo y las distintas ópticas que pueden utilizarse.

Cuando se trata de costa o de zonas llanas con amplios horizontes, hay que tener en cuenta que la cálida luz rasante incide en los más pequeños accidentes y proyecta sombras alargadas sobre el terreno. La sensación de relieve que se consigue gracias a ella hace que hasta las más monótonas llanuras adquieran una atracción inimaginable.

Otros efectos recurrentes que brindan los atardeceres son los clásicos contraluces. Con ellos hay que tener cuidado de que no aparezca la típica "escalera de prismas" que puede arruinar una fotografía. Esta se puede paliar en gran medida colocando la mano o un papel a modo de visera sobre el objetivo de la cámara.

jueves, 21 de abril de 2011

Museo de John Keats


Wentworth Place, Keats Grove NW3. Metro: Hampstead. Horario: hay que llamar antes para confirmar.

El poeta se hospedó entre 1818 y 1820 en Hampstead, un tranquilo vecindario donde se reunían escritores e intelectuales. La vivienda compartía el gran jardín con la familia Braw-32 y el joven Keats se enamoró de la menor de las hijas, Fanny.

Se celebró el compromiso, pero la boda nunca pudo concretarse ya que el poeta murió de tuberculosis al año siguiente, en Roma. Uno de sus poemas más conocidos, Oda a un ruiseñor, fue escrito a la sombra del ciruelo del jardín. Manuscritos, una carta de amor a Fanny, el anillo de compromiso que le regaló y un estuche con un mechón de su pelo, son recuerdos que se exhiben en este museo, abierto al público desde 1925.