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Guía turística en Kenia

Viajar por Kenia requiere de todas las cosas que uno normalmente lleva cuando parte de viaje . Sin embargo, hay consejos que siempre viene...

martes, 12 de julio de 2011

Rosario - Uruguay


Rosario fue una de las primeras poblaciones del Uruguay y la primera ciudad de origen español en Colonia.

Se cuenta que su primer poblador fue Pascual de Chena, alias "el indio Colla", proveniente de Arica, en el norte de Chile. No se sabe con certeza qué lo trajo hasta aquí, aunque se H piensa que profesaba la curandería. Establecido en estas tierras, ejerció como mediador entre indios y españoles, gracias a las buenas relaciones que mantenía con ambos bandos. La Plaza Pascual de Chena y el arroyo Colla recuerdan su memoria. Siguiendo las huellas del pasado llegamos hasta la iglesia Nuestra Señora del Rosario, que alberga la tumba de uno de los 33 Orientales: Gregorio Sanabria.

Las calles de la ciudad de Rosario cuentan su historia a través del Primer Museo Uruguayo de Arte Mural de Carácter Histórico. A lo largo de 35 murales deslumbrantes se recorre el pasado del lugar de la mano de valiosos artistas locales e invitados. Este proyecto cuenta además con 29 paneles y atriles informativos, ubicados en el humilde barrio Cuchilla de los Perros. Esta fantástica y original obra, fruto del empeño de sus pobladores, es un paseo ineludible.

Aún desafían al tiempo algunos de los molinos harineros que abundaron en esta zona, como el denominado Molino Quemado, el cual puede ser visitado a 4km de Rosario, en la zona de Nueva Helvecia. La construcción -hoy en ruinas- encierra una tragedia digna de novela policíaca: en 1881, luego de cinco años de funcionamiento, el molino fue incendiado. Pocos meses después ocurrieron las sucesivas muertes de las tres únicas personas que podían estar en conocimiento del caso: el encargado del molino, su mujer y la criada.

Para darse un respiro de la historia, no deje pasar la oportunidad de conocer el Cerro de los Cuervos, ubicado a orillas del arroyo Colla. Allí conviven un monte indígena pleno de talas con tembetaríes y hasta algún ombú, con la hermosa zona de descanso y esparcimiento del parque Durieux y el puente ferroviario, de piedra, más importante de la zona. Además puede pasar una tarde disfrutando un picnic a la vera del río Rosario o emprender alguno de los paseos en canoa ofrecidos por los hoteles de la región.

Yens Schou, el promotor de los murales de Rosario, excelente conocedor de la localidad y de su historia, realiza visitas guiadas por la ciudad de Rosario y zonas aledañas

lunes, 11 de julio de 2011

Hotel Barceló


A tres cuadras de la playa, en las antiguas instalaciones del Hotel Barradas, funciona desde el 1o de mayo de este año el primer hotel "todo incluido" de Uruguay: el Barceló Punta del Este. Rodeado de hermosos parques, su estilo moderno colonial lo convierten en un lugar perfecto para pasar el fin de semana lejos del bullicio de la ciudad.

Son 78 habitaciones distribuidas en 53 dobles y 25 su/tes, todas exquisitamente amuebladas y con vista a los jardines o a la calle principal. Las su/fes tienen capacidad para cuatro personas y cuentan con una sala con sillón-cama, TV cable, minibar, secador de pelo, cama king size, cofre de seguridad y vestidor. Algunas de ellas se comunican con una habitación doble, lo que las hace ideales para familias numerosas.

Mención aparte merece la mesa de desayuno del restaurante y cafetería Calixto. Sus panes, mermeladas, tartas, tortas y jugos -todos de elaboración propia- hacen agua la boca con solo mirarlos.

En los jardines se encuentran las dos piscinas, la cancha de tenis iluminada, el bar y restaurante Zíngaras, un completo parque infantil y el Club House, equipado con mesa de pool y ping-pong, futbolito, maquinitas, juegos de mesa y una enorme chimenea especialmente diseñada para mantener abrigado hasta al más friolento de los huéspedes.

Para conservarse en forma hay una sala de musculación abierta todo el día y bicicletas disponibles para salir a recorrer los alrededores y luego recrearse con las magníficas puestas del sol de la península.

Además, el hotel dispone de dos salas de conferencias: el salón Barradas, con capacidad para 180 personas, y el salón Figari, para 50 personas.

Los huéspedes del Barceló pueden acceder al Club del Lago Golf, previo pago de US$50, y disfrutar de su green fee de 18 hoyos, disponer de un coche eléctrico, participar del torneo del día y de dos canastos de práctica en el driving range.

El régimen "todo incluido" comprende la pensión completa, servicio de snacks y bebidas nacionales. El precio de una habitación en base doble, por día y persona, en este régimen, es de US$60.

domingo, 10 de julio de 2011

Turismo en Montevideo


Con los cambios de estación, las ciudades adquieren nuevos encantos, develan olvidados rincones y cambian sus propuestas. En primavera, Montevideo muestra su mejor cara y sus parques se preparan para recibir a los visitantes.

Frente a la costa, serpenteando la Playa Ramírez, se extiende el multifacético Parque Rodó, cuyos jardines -que acogen una asombrosa cantidad de monumentos, fuentes, zonas de juegos y espectáculos-, conforman una propuesta seductora.

Sus actividades son tan variadas como el deporte, la gastronomía y la recreación. Estas ofertas comprenden al Museo de Artes Plásticas y Visuales, la Biblioteca Municipal, el Teatro de Verano, o espectáculos musicales y artísticos que se realizan cada fin de semana frente al lago que rodea el emblemático castillo. El parque infantil y los juegos mecánicos se han convertido en un clásico del entretenimiento montevideano, así como las pizzerías y restaurantes donde disfrutar de un almuerzo con una vista privilegiada del río.

El parque del Prado -uno de los más bellos de la ciudad- posee un aire sereno, claro y melancólico. Un paseo por las antiguas casas de descanso de políticos, artistas y personajes ¡lustres del Montevideo de antaño es toda una experiencia que colma las inquietudes históricas y arquitectónicas. Entre las magníficas casas-quinta que todavía engalanan el barrio, se destacan: el Museo Municipal de Bellas Artes Juan Manuel Blanes, en la Avda. Millán, frente al Parque Posadas; el de Antropología, sobre la Avda. de las Instrucciones, frente al Centro de Protección de Choferes; o el Museo Histórico ubicado en la Avda. Luis Alberto de Herrera, siete cuadras antes de llegar al parque.

Grandes avenidas que recorren la ciudad se cruzan en esta zona, unidas por la sombra de los árboles que cierran la calle 19 de abril como un techo.

Para una tarde perfecta, de introspección y caminatas reconfortantes. Nada mejor que recorrer el Jardín Botánico y el Rosedal, con sus características fuentes estilizadas y los sosegados visitantes que contribuyen con la tranquilidad del entorno.

Otro pulmón de la ciudad es el Parque Batlle, antiguamente llamado de los Aliados. A pocos pasos del bullicio céntrico, desde el Obelisco hacia la fuente, el olor a nafta va dando paso a un aire natural muy agradable: la calle Luis Morquio ofrece una vía de acceso al parque flanqueada por casas de amplios jardines, cuyas esculturas tienen una apariencia señorial y solemne.

En este espacio se hallan el Estadio Centenario junto al Velódromo Municipal, el Club de Tiro y la Pista de Atletismo Municipal. También se ubican una cantidad considerable de monumentos y una pequeña plaza de juegos infantiles. Es realmente uno de los lugares predilectos de los aficionados al deporte.

Los partidos de fútbol improvisados, tanto de grandes como de chicos, son muy comunes en esta zona. Para quienes gustan de hacer jogging, se ha diseñado un circuito en el que se señalan las distancias y distintos ejercicios de entrenamiento. Los fines de semana es muy probable que se encuentre un grupo de malabaristas practicando sus rutinas frente al Velódromo Municipal.

viernes, 8 de julio de 2011

Maui


IDILIO EN MAUI

A solo 25 minutos de vuelo se encuentra una isla muy diferente: mucho menos población y sin grandes ciudades o playas muy concurridas. Maui ofrece espacios y tiempos más íntimos, ya sea para una pareja o para una familia de vacaciones. Basta mirar un mapa para darse cuenta de que todo está muy bien distribuido: los hoteles, las pequeñas ciudades, los parques nacionales, y por supuesto, las estupendas e innumerables playas.

Es muy conveniente alquilar un auto o una moto para recorrer sin apuro, porque hay escaso transporte público y mucho para ver. El alojamiento se encuentra siempre sobre el mar, en "desarrollos" en los cuales hay tres o cuatro hoteles, algunos edificios de tiempo compartido y un pequeño malí, rodeados de una cancha de golf o de elaborados jardines.

Más de 80 playas y varios parques nacionales y zonas protegidas muestran la naturaleza en todo su esplendor, contando además con dos espectáculos absolutamente excepcionales: los Parques Nacionales de Haleakala y lao Valley.

El primero de ellos está formado por las laderas y el cráter -del tamaño de la Isla de Manhattan- del volcán que lleva el nombre de Haleakala. Ver el amanecer desde el borde del cráter es un momento que no se olvidará jamás y bien vale el madrugón y el intenso frío. Luego de la salida del sol, observe el paisaje y una flora única en el mundo (en este lugar crece una planta fosforescente llamada "espada de plata" que muere cada vez que florece y de la cual hay solamente 2000 ejemplares catalogados y cuidados celosamente para evitar su extinción). Luego puede hacer el descenso en bicicleta, regalándose en cada curva nuevos paisajes.

La otra cara de la moneda es el Parque Nacional lao Valley, una explosión de vegetación verde y frondosa, con flores de colores, aromas increíbles y el permanente rumor de decenas de arroyos que bajan de la montaña. Ocupa un cañón que corta las moles descendiendo hacia el mar y recorrerlo a pie es un estímulo que sacude los cinco sentidos. Pequeños miradores nos permiten descubrir los picos cubiertos de un verde intenso que se va haciendo más claro y se va manchando de flores y cascadas a medida que nuestros ojos se dirigen hacia el profundo azul del mar que está a nuestros pies.

Es imprescindible visitar Lahaina, pequeña ciudad habitada desde hace siglos, donde los reyes de Maui recibían de los pescadores su parte de la pesca diaria. El estilo de las construcciones data del siglo XIX, época en la que se transformó en puerto ballenero; son casas de madera de dos pisos con galerías techadas, donde hoy funcionan pequeños restaurantes, galerías de arte y tiendas de artesanías. Las nuevas construcciones siguen el estilo original, demostrando un renovado interés de los pobladores por su pasado.

Otra recomendación es visitar el Maui Ocean Center, un colosal acuario temático que -con un gran respeto por el mar y su fauna-muestra en forma impactante la vida en las profundidades del océano Pacífico.

miércoles, 6 de julio de 2011

Canelones - Uruguay


Las tranquilas aguas del río Santa Lucía y su puente colgante son el preludio perfecto para un fin de semana que combina descanso, historia y diversión al aire libre.

Esta localidad del departamento de Canelones es una de las más históricas del país, desde que se dio a conocer como centro turístico de prestigio en la segunda mitad del siglo XIX, Hoy, es la preferida por los amantes de las actividades náuticas y ecoturistas.

El rio convoca gran cantidad de visitantes y a sus orillas se extiende un amplio parque donde se encuentra el camping de Santa Lucía. Sobre una de sus márgenes y cerca del puente, la Posada de los Botes dispone de un restaurante y un salón de fiestas
Recorrer el río en canoa es una de las actividades más comunes de la zona. Las embarcaciones se alquilan en el Club Náutico, a $50 la hora. Para los que prefieren tierra firme, existe la posibilidad de jugar al fútbol 5 o al paddle.

Uno de los testimonios de la rica trayectoria de Santa Lucía es el Hotel Biltmore, fundado en 1872 con el nombre de Hotel Oriental, siendo el más antiguo del país que continúa en funcionamiento.

Allí se alojaron quienes fueron presidentes argentinos, Miguel Juárez y Domingo Faustino Sarmiento y también el ex mandatario uruguayo Máximo Santos. En la habitación 32, Carlos Gardel dedicó una canción al plantel de Nacional y a su amigo José Nasazzi, campeón del mundo en 1930; ademas las instalaciones de este hotel sirvieron de escenario para la película argentina El Faro, protagonizada por Ricardo Darín y Norma Aleandro.

La Quinta de ios Capurro, convertida en uno de los jardines botánicos más exóticos del país, alberga una importante cantidad de plantas provenientes de Japón, India, Egipto y otros países lejanos. Todos los días de la semana, este Jardín Botánico ofrece un paseo guiado en forma gratuita.

Para completar el circuito, la antigua Casa de Rodó -que acogió al prestigioso escritor durante su infancia- es hoy la sede de la Casa de Cultura donde se organizan variadas muestras y espectáculos.

La plaza Tomás Berreta y la calle principal. Fructuoso Rivera, tienen el típico encanto apacible de los pueblos uruguayos. Algunas de sus calles más céntricas están decoradas por atractivos murales. Un microcine, ubicado en el Club Social 23 de Marzo, funciona de viernes a domingo.

El río Santa Lucía es navegable desde Santa Rosa a lo largo de casi 30km, atravesando torrentosas cascadas antes de llegar a la ciudad de Santa Lucía. A 6km de allí se encuentra el poblado de Aguas Corrientes, y siguiendo 6km más, el tradicional Parador Tajes.

lunes, 4 de julio de 2011

Oahu


OAHU PARA TODOS

Un vuelo de 5 horas desde Los Ángeles deja a los turistas en un aeropuerto bastante moderno y muy activo, donde aún son recibidos con un sincero aloha y el tradicional lei de flores frescas y perfumadas, por gente que lleva en su sangre la hospitalidad milenaria de los polinesios.

En el trayecto desde el aeropuerto, lo primero que llama la atención es que prácticamente todos los autos que circulan por la autopista tienen una o varias tablas de surf en el techo. Este deporte es tan popular por estos lares, que no es raro ver surfistas en el agua desde el amanecer hasta varias horas después de la caída del sol.

Waikiki, la "capital" del surf, constituye el centro del turismo activo. Los grandes hoteles ubicados sobre la costa tienen terrazas y piscinas casi al borde del océano, que además de ser muy agradables durante el día, se transforman en lugares casi mágicos cuando el sol baja, se encienden las antorchas, y comienzan la música y las canciones típicas. A pocos pasos, a lo largo de la Avenida Kalaka-hua, dos o tres grandes centros comerciales y una sucesión interminable de tiendas de las más conocidas marcas internacionales ostentan sus productos de lujo a precios aptos para japoneses ricos. Sin embargo, pequeñas tiendas y algunos mercados al aire libre (el más concurrido y variado es el International Street Market) ofrecen artesanías y recuerdos de todo tipo a precios accesibles.

La otra cara de Oahu está fuera de Waikiki, en la infinita serie de playas perfectas y en los mil y un entretenimientos que propone la isla.

Realmente la oferta es tan amplia e interesante que resulta difícil elegir. Una de las más insólitas es un vuelo en planeador que nos tienta con la posibilidad de volar sin el ruido del motor, con el zumbido del viento en los oídos y los ojos inundados de cielo, mar y montaña. Tiene dos momentos fantásticos: cuando el avión que lo eleva suelta la cuerda y el planeador parece quedar suspendido en el aire, y el aterrizaje sobre una sola rueda, ubicada en el medio de la fragilísima estructura.

Otra posibilidad es remar en un kayak por el océano abierto, con la compañía de tortugas de casi lm de diámetro que nadan a su lado a sorprendente velocidad; o entrenarse en menos de media hora para hacer snuba (buceo verdadero a lOm ó 15m de profundidad) que en lugar de complejos tanques y válvulas utiliza una pequeña balsa de la que bajan varias líneas de oxígeno para otros tantos buceadores y permite apreciar de los arrecifes donde la vida tiene tantos colores y figuras que parece diseñada por un pintor surrealista.

Si aún le queda tiempo, nade con delfines, recorra la isla en helicóptero, vuele en un biplano de la Primera Guerra Mundial, haga parapente o parasailing, admire el atardecer frente a Waikiki en un catamarán o alquílese una Harley o un Mustang convertible (rojo, por supuesto) y cumpla su fantasía. En Hawaii se puede, porque todo está disponible y porque los precios son relativamente razonables en valores internacionales.

Para conocer más profundamente la cultura autóctona, dedíquele un día completo al Polynesian Cultural Center, una especie de parque temático con "aldeas" donde se reviven las culturas locales de todas las islas del triángulo polinesio: Tahití, Tonga, Samoa, Nueva Zelandia, Fiji, Marquesas y Hawaii.

En resumen, el secreto de Oahu es que tiene algo para todos los gustos, para todas las edades y para todos los estilos de turismo, en un entorno natural que, para muchos, es la imagen misma del Edén.

sábado, 2 de julio de 2011

Turismo y Religión


Esa fue la causa de la invención de dos documentos expedidos por la autoridad eclesiástica: las credenciales y la Compostela. Antes de empezar su periplo, el romero procuraba obtener las credenciales, que le servían como carta de recomendación y salvoconducto durante la ruta. Con su posesión era bien acogido en los numerosos albergues del Camino y en los hospitales, donde se le facilitaban atenciones alimentarias, médicas y religiosas.

La Compostela se obtenía al llegar a Santiago y, por ella, el cabildo catedralicio certificaba que la persona había realizado la peregrinación. Ambos documentos siguen utilizándose en la actualidad.

Muchas de estas personas eran enfermos crónicos, desahuciados, lisiados, que acudían al Apóstol en busca del milagro de la salud. Para ellos existían hospitales especiales, donde se los aislaba del resto de los mortales. En el afán por reglamentar toda la vida pública durante su reinado, los Reyes Católicos implantaron una serie de medidas en relación con los albergues.

Regularon los precios, se establecieron disposiciones para que abundase en ellos la comida y se organizaron inspecciones a los mesones para controlar su buen estado. Ellos mismos peregrinaron en 1488. Al llegar comprobaron que a pesar de todas estas medidas, los pacientes no eran bien atendidos. Por eso decidieron instalar el Hospital Real, que comenzaría a construirse en el siguiente siglo, y que hoy se ha convertido en el Parador de los Reyes Católicos, hotel de gran lujo frente a la Catedral.

La afluencia de multitudes hacia el sepulcro del santo acarreaba variados problemas, como el de la falta de higiene. Los albergues no disponían de servicios adecuados para la limpieza total de sus huéspedes, que se contentaban con lavarse parcialmente en las fuentes y ríos encontrados en su andar. Las consecuencias se hicieron sentir de modo especial en las aglomeraciones que se producían en la catedral compostelana.

De esta consideración arranca la creencia de que el botafutneiro se inventó para contrarrestar los malos olores que la muchedumbre dejaba en la iglesia. Si bien es cierto que su enorme tamaño permite la quema de una gran cantidad de incienso (como bien expresa el vocablo gallego bota-fume) y por consiguiente su amplia distribución por todo el templo, eliminando cualquier tipo de olor, su finalidad primordial correspondía a lo que era: un incensario, símbolo de purificación espiritual y alabanza, cuyo enorme tamaño estaba justificado por las dimensiones espirituales del templo.

Sigue siendo el corolario de los días de gran fiesta, acompañado por el atronar del órgano y el canto del himno del Apóstol, en gesto de alabanza y acción de gracias a Dios. Para ponerlo en funcionamiento se precisa la fuerza de ocho hombres, conocidos con el nombre de tiraboleiros. Pesa 54 kilos y vuela sobre las cabezas de los fieles hasta casi alcanzar los techos catedralicios a una velocidad de 80 km/h. Este constituye uno de los espectáculos más típicos y suge-rentes de la catedral compostelana.

El Camino de Santiago permite ser recorrido de diferentes maneras. La pregunta sigue abierta: ¿quién puede explicar ese desplazamiento de gente a lo largo de más de mil años? No hay respuesta final. Solo cabe rendir homenaje a los millares de pasos que marcaron el sendero. Y escuchar los ecos que la historia dejó en ellos.

viernes, 1 de julio de 2011

Europa Cristiana - Peregrinación


Aquellos pasos preñados de espíritu cristiano dieron a luz a Europa, con tal fuerza que mientras el correr de los siglos va arrinconando en los museos sus propios logros, el Camino de Santiago renace en las investigaciones y excavaciones realizadas.

No se trata de un simple recuerdo del pasado; es un hoy. A la espontaneidad de aquellos penitentes que con su arriesgada aventura institucionalizaron el Camino, responden todavía las autoridades del presente. Definido como "el primer itinerario cultural de Europa" en 1987 por el Consejo de Europa, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993 se siente ante su proximidad.

Las conversaciones evidencian el alejamiento entre nuestras cabezas y el mundo que dejamos atrás. Allí el peregrino se diluye entre las calles, las piedras y los miles de visitantes que le arrebatan el protagonismo. Las mas, las plazas de las Platerías y de la Quintana, la explanada del Obradoiro, me hacen sentir la condición de viajero por tierras extrañas; uno entre multitudes, en busca de algo difícil de definir.

Por si acaso, golpeo varias veces mi cabeza contra el santo dos Croques, en el pórtico de la Gloria, pues ya es bien sabido que estimula la inteligencia y aviva el espíritu. La fama de las peregrinaciones a Santiago se expandió de tal modo que llegó hasta los confines de China unos años antes de que Marco Polo penetrara en el imperio oriental.

Durante la Edad Media llegaron a contabilizarse entre doscientas y quinientas mil personas anuales. Las comunicaciones entre los pueblos europeos se hacían estrechas. Desde los puertos del sur de Inglaterra se acercaban ingleses, escoceses e irlandeses. Los alemanes remontaban el Rin y descendían el Ródano hasta encontrarse en Arles con los italianos. Por entonces, los peregrinos a Santiago se identificaban ya por una indumentaria típica, aún vigente en nuestros días, al menos en algunos de sus componentes.

Un sombrero de ala ancha para protegerse de la lluvia y del sol, el abrigo con esclavina, calzado fuerte para resistir las durezas de las piedras y malezas del camino, el bordón o bastón como punto de apoyo y para protegerse de las fieras, la calabaza con agua o el vino suficiente hasta la siguiente parada, el zurrón para los alimentos y la ropa, y una esportilla para el dinero.

A este equipo añadían, a la vuelta, la vieira, que solía sujetarse al sombrero, simbolizando las buenas obras, según el sermón Veneranda dies del Líber Sancti) acobi. Se desconoce el origen de la costumbre de adquirir la concha de este molusco, abundante en las rías gallegas, para convertirlo en testimonio del viaje. El hecho es que la Iglesia se reservó el control de su venta para asegurar el cumplimiento de la visita a la tumba del Apóstol. A pesar de todo, pronto aparecieron los fraudes. Los falsificadores vendían las conidias sin verificar que se hubiera realizado la peregrinación.

jueves, 30 de junio de 2011

Lowry Park Zoo


Lowry Park Zoo. Es uno de los tres zoológicos más grandes de Estados Unidos; tiene en su haber más de 1.500 animales que representan a 350 especies exóticas.

martes, 28 de junio de 2011

Ybor City


La capital mundial de los habanos... es norteamericana. Por muy loco que pueda sonar, la historia parece darles la razón a los estadounidenses. Esta ciudad nace en 1886, con la primera fábrica de tabaco de la zona, de la mano de Vicente Martínez Ybor y Don Ignacio Haya; los tabacaleros eran italianos, españoles y cubanos y producían 400 millones de puros por año. Con el embargo a Cuba y la depresión, la industria desapareció pero dejó la influencia latina muy visible en la arquitectura y las costumbres: balcones, rejas de estilo colonial y la típica "movida latina" en restaurantes, galerías y boliches "in", con shows de salsa, jazz y blues.

Para comprender mejor su rico pasado, lo ideal es ir por el Ybor City State Museum, ubicado en una antigua panadería. La 7a avenida concentra gran parte de la actividad en estas manzanas, que los fines de semana se vuelven casi intransitables.

En González y Martínez se arman puros al mejor estilo La Habana; sobre esta vía se encuentra el restaurante Columbia, el reducto hispano más "in" del lugar, manejado por la misma familia desde 1905. Se pueden saborear tapas, empanadas, paella, chorizos y una ensalada cuya receta tiene tantos años como el establecimiento. El menú se completa con flamenco en vivo.