Safari: la verdadera emoción
En Kenia existen más de cuarenta parques y reservas naturales. Muchas de las especies están presentes en unos; algunas habitan en otros. Por eso, antes de contratar un safari, hay que decidir cuáles son los animales que realmente se quieren observar de cerca.
Uno de los safaris más completos, que dura alrededor de unos diez días, comienza recorriendo la reserva nacional de Massai Mará. Partiendo desde el aeropuerto Jomo Kenyatta en Nairobi, un vuelo relativamente corto transporta hasta la reserva donde se acampa por varios días.
Los campamentos suelen ser extremadamente cómodos, y algunos hasta lujosos. Al llegar, se comprueba que las carpas asignadas no solamente son espaciosas sino que, asombrosamente, están equipadas con dos camas, mesas de luz, un cómodo ropero, alfombras y baño privado con agua caliente.
Todo funciona como en un hotel de cualquier parte del mundo; hay un chef que prepara las comidas, servidas en una carpa-comedor, decks de madera para mirar los atardeceres y ni si quiera hay que preocuparse por el lavado de la ropa. En una palabra: idílico.
La reserva Massai Mará es mundialmente conocida por las especies predadoras que abundan en sus planicies. Es quizás la única reserva en Kenia con tal abundancia de vida salvaje. Uno de los fenómenos más impresionantes que sucede en esta reserva es la masiva migración de cebras y otros animales durante los meses de julio, agosto y setiembre. Enormes nubes de tierra amarillenta se divisan a lo lejos. Al principio parece ser una tormenta pero a medida que las 4x4 se acercan, el encuentro es impactante. Cámara en mano: comienza el safari.
La reserva está atravesada por el río Mará. A lo largo de sus riveras se sitúan las zonas fértiles, habitadas por todo tipo de especie animal: manadas de hipopótamos conviven pacíficamente con los temibles cocodrilos; aves de todo tipo, tamaño y color hacen de este paseo una inquietante delicia.
En Kenia existen más de cuarenta parques y reservas naturales. Muchas de las especies están presentes en unos; algunas habitan en otros. Por eso, antes de contratar un safari, hay que decidir cuáles son los animales que realmente se quieren observar de cerca.
Uno de los safaris más completos, que dura alrededor de unos diez días, comienza recorriendo la reserva nacional de Massai Mará. Partiendo desde el aeropuerto Jomo Kenyatta en Nairobi, un vuelo relativamente corto transporta hasta la reserva donde se acampa por varios días.
Los campamentos suelen ser extremadamente cómodos, y algunos hasta lujosos. Al llegar, se comprueba que las carpas asignadas no solamente son espaciosas sino que, asombrosamente, están equipadas con dos camas, mesas de luz, un cómodo ropero, alfombras y baño privado con agua caliente.
Todo funciona como en un hotel de cualquier parte del mundo; hay un chef que prepara las comidas, servidas en una carpa-comedor, decks de madera para mirar los atardeceres y ni si quiera hay que preocuparse por el lavado de la ropa. En una palabra: idílico.
La reserva Massai Mará es mundialmente conocida por las especies predadoras que abundan en sus planicies. Es quizás la única reserva en Kenia con tal abundancia de vida salvaje. Uno de los fenómenos más impresionantes que sucede en esta reserva es la masiva migración de cebras y otros animales durante los meses de julio, agosto y setiembre. Enormes nubes de tierra amarillenta se divisan a lo lejos. Al principio parece ser una tormenta pero a medida que las 4x4 se acercan, el encuentro es impactante. Cámara en mano: comienza el safari.
La reserva está atravesada por el río Mará. A lo largo de sus riveras se sitúan las zonas fértiles, habitadas por todo tipo de especie animal: manadas de hipopótamos conviven pacíficamente con los temibles cocodrilos; aves de todo tipo, tamaño y color hacen de este paseo una inquietante delicia.
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