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Guía turística en Kenia

Viajar por Kenia requiere de todas las cosas que uno normalmente lleva cuando parte de viaje . Sin embargo, hay consejos que siempre viene...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Bora Bora


Para James Michener (autor de Regreso al Paraíso) -y quizás también para cualquier mortal que haya tenido la fortuna de posar sus incrédulos ojos sobre esta joya del Pacífico- Bora Bora es la isla más bella de la Tierra. Sus dos picos volcánicos se elevan sobre los motus que -como un collar de perlas- la rodean y protegen de las corrientes del océano.

La laguna que se forma entre la isla y estos islotes tiene una temperatura promedio anual de 28°C y sus aguas son tan cristalinas, que ninguno de los hoteles aquí instalados se molesta en contar con una piscina entre sus comodidades. Al sumergirnos en ella, una sensación de ingravidez total nos sobrecoge; es como si estuviéramos flotando en medio del espacio, rodeados de un mar apenas perceptible a la vista por su transparencia, pero que forma una gran mancha color turquesa.

En este mágico momento aparece un cardumen de peces multicolores que nos envuelve como si fuera una nube, para dejarnos sorpresivamente frente a una brillante pared de corales y esponjas marinas. Son los Jardines de Coral, al sudeste, considerados como el mejor sitio para practicar el snorkel en estas costas. En Bora Bora se organizan excursiones de buceo para nadar junto a las mantarrayas y tiburones grises que pueblan la i. Los buceadores más avezados, en busca de adrenalina, pueden realizar esta misma acrividad durante la noche.

La exquisita playa púniu Pointe Matira tiene el privilegio de ser la meta final de la regata de canoas Hawaiki Nui Va'a. Año tras año, competidores de más de 20 países participan de esta carrera internacional de tres días de duración. Los 100 equipos en pugna recorren 130km de océano abierto entre las islas de Huahine, Raiatea, Tahaa y Bora Bora, en un acontecimiento que combina técnicas antiguas con modernas.

La isla en sí es pequeña y se la puede recorrer en auto en una hora. Si prefiere sentir el viento en la cara, algunas de las agencias de alquiler de coches disponen de scooters. La escalada a la montaña Pahia proporciona una vista desde las alturas que solo sería superada por la de la montaña Otemanu, si esta fuera escalable. Los más haraganes pueden viajar en helicóptero hasta la cima de Pahia para luego bajar a pie por sus laderas.

Los románticos empedernidos estarán de parabienes: en todos los hoteles se puede contratar un viaje para dos, a cualquiera de los islotes sobre la barrera de coral, para gozar de una total soledad entre palmeras; atmósfera ideal para un picnic acompañado de vino francés y alguno de los bocadillos típicos de la Polinesia. También se pueden alquilar caballos en alguno délos ranchos de la zona a una cabalgata bajo la luz una.

El Líbano


Situado en las costas del Mediterráneo oriental, el Líbano tiene como países limítrofes a Siria e Israel. Pequeña república de 10.452 km2, posee en tan escaso territorio una variedad inimaginable de paisajes, costumbres y confesiones religiosas. Montañas con nieves eternas, valles fértiles y playas bañadas por las incomparables aguas mediterráneas.

Lugar de paso entre el mundo oriental y occidental desde hace siglos, ofrece valiosos testimonios El Valle de Baalbeck concentra la mayor parte de los testimonios de la cultura romana e islámica.

De las más grandes civilizaciones que han dejado sus huellas -aún hoy visibles- a lo largo de seis milenios.

En una población de cuatro millones de habitantes, principalmente dedicados al comercio y a la agricultura, conviven católicos de diferentes ritos y musulmanes, en un clima de respeto y tolerancia de sus creencias y costumbres. Se caracterizan por su amabilidad, hospitalidad y calidez con los extranjeros que los visitan.

Mujeres bellísimas con su cabello -y a veces también su rostro- cubierto, comparten el mismo espacio con mujeres que lucen las mejores prendas de marcas occidentales; la campana de una iglesia se confunde con el llamado a la oración de los musulmanes. Esta es la esencia del Líbano, lo que lo hace diferente y cautivante.

martes, 30 de agosto de 2011

Conozca Indonesia


Imagine ahora llegar a este Edén y ser recibido en el aeropuerto con un collar de flores-, en el hotel descubrir que su bungalow se encuentra al final de un puente de madera sobre el agua y que por una ventana en el piso puede observar a los peces multicolores nadando bajo sus pies.

Por la noche, el sonido del mar arrulla su sueño y a la mañana siguiente despierta para ver cómo el desayuno llega en canoa hasta su puerta. Una zambullida y ya estará disfrutando de las maravillas del snorkel.

A la hora del almuerzo, nada mejor que un romántico picnic en algún motu (islote) desierto y por la noche, una deliciosa cena tahitiana animada por las sensuales danzas iamure. Al desembarcar respire profundamente el aroma dulce y fuerte de la liare -esa flor tan típica de estas islas, muy parecida al jazmín-que se esparce por valles y montañas evocando la leyenda de una muchacha enamorada de un gallardo príncipe, muerta por no poder cumplir su más caro deseo: casarse con su amor.

Se dice que los cinco pétalos de la flor son sus dedos y que el crujido que hacen al abrirse por las mañanas es el ruido del corazón de la joven rompiéndose. Hoyen día, las mujeres la llevan detrás de la oreja derecha cuando quieren dar a entender que están disponibles, o tras la izquierda cuando su corazón ya ha sido tomado.

Los isleños son gente fuerte y amistosa; envueltos en coloridos pareos se toman la vida con tranquilidad mientras se dedican al cultivo de hermosas perlas negras. Descienden de excepcionales navegantes que hace más de tres mil años abandonaron el sudeste asiático para poblar las islas que van desde Hawaii hasta Tahití, atravesando el océano embravecido en busca del lugar ideal.

Con ellos trajeron sus mitos y leyendas, sus costumbres religiosas -que incluían sacrificios humanos- y el símbolo de su increíble coraje y honor: los tatuajes.

Los colores, sonidos y sabores de esta región inspirarían a escritores de la talla de Hermán Melville (Moby Dick) y Robert Louis Stevenson (La isla del Tesoro) y serían atrapados para siempre en las pinturas del francés Paul Gauguin.

domingo, 28 de agosto de 2011

Viaje en Tren en Venecia


Al llegar en tren, atravesando el Puente de la Libertad que la une a tierra firme, encontramos un territorio mágico en el que elementos tan cotidianos como los autos o los semáforos simplemente no existen, y donde todo es hermoso y armónico de un modo ligeramente decadente.

En minutos podemos pasar de disfrutar del bullicio del Gran Canal, con su colorido de tarjeta postal y su tráfico permanente de góndolas, lanchas y vaporetti, al silencio y la recogida admiración de alguna imagen que a partir de ese momento se transformará para siempre en una visión personalísima y única de un puente, una loggia o un palazzo. En pocos lugares del mundo podemos ver tantas construcciones nobles juntas formando fila; si bien tienen todos los colores posibles del mármol en sus fachadas y diferencias en sus estilos, conforman lo que algunos arquitectos llaman el "equilibrio veneciano".

Sus 117 islas, 150 canales y 400 puentes forman un mapa complejo donde cada uno de nosotros descubrirá "su" Venecia. Sugerimos comprar, antes de llegar, un buen plano que incluya los puntos de interés y, sobre todo, las líneas regulares de motoscafi (lanchas rápidas) y vaporetti (pequeños barcos del transporte público). Esta previsión nos permitirá movernos con comodidad, ya que las embarcaciones funcionan exactamente como el transporte público de cualquier ciudad (con el toque elegante y romántico de Venecia). Resérvese cada día un buen tiempo para caminatas: Venecia es una ciudad muy segura donde no hay forma de perderse, y le garantizamos que sus ojos se llenarán de belleza cuyo recuerdo perdurará para siempre.

El paso siguiente es recorrer el Gran Canal en vaporetto o en góndola (la primera opción es muy económica, la segunda puede rondar entre los US$70/90). Nos embarcamos en San Marco y vamos hasta el final, a un lado de la estación de Santa Lucia. Sus 3km de recorrido, donde veremos los 200 palacios de mármol, son la herencia más visible de la enorme riqueza que acumuló Venecia a lo largo de los siglos.

De regreso, si desembarcamos en el Ponte di Rialto estaremos en uno de los lugares más fotografiados del mundo. Construido en 1588, llama la atención por su elegancia, pese a que se le impuso a su constructor que por debajo pudiera pasar el arma más poderosa de los venecianos: la "galera" de guerra. Desde el puente, se disfruta una vista de la zona más suntuosa del Gran Canal, y en sus alrededores funciona el centro comercial de Venecia.

Otros "imperdibles" de Venecia: La Gallería dell'Accademia, museo donde se encuentra lo más importante de la famosa escuela veneciana de pintura. La Ca' d'Oro (la Casa de Oro) es un palacio veneciano clásico muy bien conservado, con un hermoso patio interior y una colección -muy destacada- de pinturas, tapices y esculturas venecianas.

viernes, 26 de agosto de 2011

Marrakech


Jemma el-Fna ocupa una inmensa explanada delimitada por las construcciones tostadas que anuncian la entrada a los souks y surcada por efluvios tan diversos, como el de las brochettes de mouton (cordero) que se cuecen en una parrilla improvisada o el de los generosos tallos de menta que trae un hombre en la canasta de su bicicleta.

Para que quede claro que no todo es del color rosa-romántico que se ve en el sur del país, conviene recordar el pestilente olor de las heces de los caballos, utilizados en los carruajes que pasean a los turistas. Se podría decir que en la plaza convergen compradores, vendedores, policías distraídos -pero con ametralladora en mano-, papa-moscas y voyeurs. Cada uno puede elegir su rol, y naturalmente está permitido cambiarlo.

También sentados en el pavimento, los escribas públicos se reconocen porque les hace sombra un amplio paraguas negro. Por unos pocos dirhams ellos redactan cartas de amor y de negocios o certificados de divorcio. Los mecánicos dentales están sentados en una silla y tienen una mesa en la que exponen dentaduras postizas y con paciencia explican a sus clientes cómo resolver alguna inconveniencia gingival, molar o bucal.

Hay aguateros que portan agua pura dentro de un cuero de animal, artesanalmente preparado; lustrabotas, pirámides de acróbatas, monos que imitan -¡y a veces muerden!—, almendras a granel y alfombras colgadas de los techos: la propuesta es pletórica y acaso, por eso, tan estimulante.

Ser contador de historias es uno de los oficios más exitosos de la plaza, y -de acuerdo con la cantidad de público oyente-, también favorecido económicamente. No tiene libro ni apuntes, el artista se vale únicamente de su memoria y día tras día retoma el relato que incluye pinceladas de amor, trazos de violencia, tildes de tristeza y muchísimo suspenso.

No es que el árabe se deje entender, pero los rostros atentos de los que escuchan traslucen las emociones. Si en algún momento la confusión nubla la vista y el hambre se queja desde el estómago, vale hacer un pido y asilarse en alguno de los restaurantes que rodean la plaza y tienen balcones para no perderse ni un minuto de la fiesta cotidiana.

En un momento impreciso, entre la tarde y la noche, mil y un faroles se encienden en Jemma el-Fna, que se transforma en un extenso comedor. Decenas de carritos de comida con cacerolas humeantes, pavas de cobre y cocineros con gorro de chef se instalan y preparan manjares hasta la medianoche. La oportunidad es perfecta para probar el tajine, un consomé de legumbres con pollo o cordero o el cuscus, trigo molido y cocido.

Dejar Marrakech es como abandonar una fiesta que siempre está en su mejor momento. Sin embargo, el Sahara silencioso y desafiante que se inaugura hacia el oeste es una buena excusa para partir.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Ayoma Palace Spa


Salido de Las mil y una noches, el Balsmand Lake Palace abre sus puertas en medio de la jungla a los peregrinos que llegan desde todo el mundo en busca de salud corporal, mental y espiritual.

La filosofía que rige en este centro se basa en el Ayurveda, término que podría traducirse como la Ciencia de la Vida. Con el convencimiento de la influencia que ejerce la mente sobre las enfermedades corporales, esta ciencia de más de 1200 años de antigüedad, asegura restablecer con antiguos ejercicios de meditación y milenarias recetas de herboristería, el equilibrio mental y, por ende, la plenitud física.

Cada mañana una tisana curativa es lo primero a ingerir mientras nuestros pies son meticulosamente lavados para recibir los beneficios iniciales del Ayurveda. Un desayuno más que sano, con gran variedad de frutas y panes integrales... y de brazos abiertos nos rendimos ante los placeres ocultos de la India. Interminables masajes se ocupan de sanar cada centímetro de nuestro cuerpo.

Para activar y corregir el funcionamiento de los órganos vitales, una máscara de hierbas que pasa del frío al calor es aplicada en el cuerpo a medida que los puntos energéticos en nuestros pies y manos son constantemente masajeados.

Puede maravillarse con el Shiro Dhara -fricciones con aceites vegetales sobre el tercer ojo que alivian las tensiones del tronco superior como los dolores de cabeza y el estrés generalizado- o experimentar las sensaciones del Shiro Lepa, que se centra en el sistema nervioso y la espina dorsal, provocando con sus vapores medicinales el alivio del cuerpo entero.

La tensión y las manchas del rostro desaparecen con el fvtuhkra Lepa, un bálsamo entre compresas de hojas medicinales embebidas en aceites tibios esenciales e inhalaciones que ayudan a purificar la piel y eliminar las toxinas.

Al terminar con los tratamientos diarios, es posible pasear sobre el lomo de un elefante elegantemente ataviado, o concurrir a un excitante safari fotográfico: el paraíso hindú nos regala su sabiduría oriental y enseña a cuidarnos de una manera muy especial.

lunes, 22 de agosto de 2011

Eugénie-les-Bains


Perdido en la región de Landes, en Francia, a solo 45km de la ciudad de Pau, existe un pueblito de aguas termales llamado Eugénie-les-Bains.

Una maison de campagne, con techos de pizarra gris y gruesas paredes de piedra esconde uno de los paraísos más buscados por aquellos que procuran el verdadero relax: Les Prés d'Eugénie. En este lugar uno pasa a ser el centro del universo. El recibimiento empieza con un..."por favor mess/eurs, no hagan esfuerzo alguno, ustedes están aquí para descansar". Uno, obediente como es, se entrega sin chistar a los maravillosos cuidados de estos personajes educados para complacer hasta el más mínimo capricho imaginable.

Cada detalle en este lugar ha sido minuciosamente pensado para que impere la más impoluta de las armonías; desde las habitaciones decoradas con un gusto indiscutible, a los jardines cultivados con lavanda y otras hierbas aromáticas, a la maravillosa gastronomía en manos del chef Michel Guérard. Todo es sencillamente perfecto.

La rutina en Les Prés no existe. Libres de elegir todos los días un tratamiento diferente, una larga lista de placeres al alcance de la mano hace que la elección no sea fácil. Un staff de profesionales dispuestos a aconsejarlo según sus necesidades le propondrá, por ejemplo, "pasarla mal" sumergido en un bain medieval, donde abundan las hierbas de provence, como el romero y el estragón, con el fin de tonificar y drenar todas las capas de la piel.

O -por qué no-entregarse a los brazos de Morfeo sobre una mesa de mármol tibio, mientras se disfruta de un hydro-massage penetrante de aguas minerales o flotar en una piscina de barro blanco que ni fel más exigente hubiese soñado encontrar. Seguramente extenuado después de jugarse unos hoyos de golf o un partido de tenis, necesitará recuperar fuerzas con alguna de las recetas de la cuisine minceur, especialmente elaborada para morir sanamente de placer.

Hortalizas cultivadas en el mismo spa se fusionan con las carnes magras de un sabroso canard que ha sido macerado en aceites y consagrado con el perfume de las verdaderas trufas. Pet/t fours, un delicioso café y el sagrado retiro hacia una biblioteca poblada por cuentos y fantasmas de la región, lo elevarán al tan ansiado Nirvana.

domingo, 21 de agosto de 2011

Compras en Marruecos


Qué ver q comprar en los mercados

La base de cualquier experiencia en estos mercados es el regateo. Si negocian bien, los recién casados encontrarán piezas únicas para decorar su nueva casa y -a la vez- guardar un precioso recuerdo de una exótica luna de miel.

Cuero: Se dice que es el más suave del mundo. La marroquinería -no en vano tiene ese nombre- es el arte más celebrado en Marruecos.

Alfombras: si bien no son mágicas -como cuentan las historias de Las mil y una noches- no dejan de ser únicas. No hay dos diseños iguales y todos ellos son fruto de la imaginación y el don de improvisación de las artesa-nas. Desde las más comunes, hechas con algodón y otras fibras vegetales, hasta las más elaboradas, estilo kilim, el precio refleja la diversidad: entre US$90 y US$12000.

Bronce: empleado en pipas de agua, platos, brazaletes es un elemento clave en el artesanato. La plata es también utilizada: las teteras realizadas en este noble metal son el símbolo de la hospitalidad de los lugareños, además del souvenir más popular.

Madera: Los objetos de madera proliferan en los mercados, sobre todo paneles esculpidos, utilizados para decorar los interiores de mezquitas y casas acaudaladas. También se los puede hallar pintados o esculpidos en otros materiales.

sábado, 20 de agosto de 2011

Paseo por Murano


El paseo en vaporetto hasta Murano, para conocer la laguna que rodea a Venecia y sus reservas naturales, vale la pena. Poblada por selectos artesanos, la llamada "isla de vidrio" es visitada a diario por aquellas personas que aprecian el refinado cristal que allí se produce.

Antiguas fórmulas siguen reproduciéndose dentro de los añosos talleres, asegurando, de esta manera, que técnicas como el esmaltado, el aventuñne, con sus delgados hilos de oro o el millefiori y sus maravillosos colores, no desaparezcan. En los escaparates, es posible encontrar collares, cuentas de vidrio, copas, lámparas, fuentes e infinidad de souvenirs.

En los talleres de avanzada, los artesanos, conscientes de las alternativas por las que atraviesa el gusto de los clientes, premeditadamente, se han dedicado a innovar a la hora de emprender sus nuevas creaciones.

Saciada la curiosidad, cerca del Museo Vetrario, que alberga una colección importante de objetos de vidrio egipcios, hay una cantidad de simpáticas trattorias donde se puede degustar una sabrosa gñgliata di frutti di mare o la mejor pasta sciutta casera de toda la región antes de partir.

El tiempo transcurre sin que nos demos cuenta. Después de largas jornadas de diversión y horas dedicadas a disfrutar del amor, es inevitable la despedida. Venecia nos regala una última sonrisa, distinta de la de todos los días. Sus colores, palacios y tesoros quedan guardados en nuestra memoria junto con la esperanza de volver a navegar pronto sobre sus aguas calmas.

jueves, 18 de agosto de 2011

Souks - Mercados de Fez


Cuando el viajero conoce los verdaderos souks -mercados- de Fez, advierte de una vez la diferencia: nunca podrían estar vacíos porque, como si se tratara de un atributo fundamental, son exuberantes. La mejor guía es dejarse llevar por las escaleras que suben, bajan y desembocan en pasajes que siguen y doblan hasta agotarse en alguna cortada.

Hay que perderse, cederle el paso a ese burro cargado con alforjas panzonas y detenerse a conversar -en francés o español precario- con los artesanos asomados desde los pequeñísimos locales.

En un rincón de la medina, los que trabajan el cuero llevan la delantera en materia de marketing personal, sin inversión. El hedor que emana de los teñideros basta para que uno se pregunte qué es y cualquiera responda: siga la flecha.

Hasta se implemento, en un balcón de la zona -por supuesto, se cobra entrada- una especie de mirador didáctico. Desde allí, se descubre un centenar de cubos emplazados en la tierra y llenos de líquidos colorantes dentro de los que chapotean los tintoreros mientras sumergen las planchas de cuero.

A pesar de su naturaleza efervescente, los pasadizos de Fez se aquietan frente al portal de la mezquita Karayouine. Aunque el ingreso está restringido a los no musulmanes, desde la entrada se ven los grupos de arcos de medio punto sobre cuya base los fieles se recuestan y, en un silencio impasible, conversan con Alá. Poco a poco, casi como un reflejo, el cuerpo busca tranquilidad y comienza a alejarse del enjambre de pasajes para expandirse, a sus anchas, en las avenidas del centro moderno.

Según el escritor marroquí S. M. Hassan, su país "se parece a un árbol cuyas raíces penetran hondamente en el suelo de África y que respira gracias a su follaje, que susurra a los vientos de Europa. Pero, también se extiende hacia el oriente, al que nos unen lazos culturales".

Así, debido a su estratégica posición geográfica, el reino de Marruecos fue, desde siempre, un territorio propicio para el encuentro y mezcla de razas.